La crisis en el reino visigodo debido a las rivalidades entre nobles y monarcas visigodos, entre otras causas, dio a la península una situación de inestabilidad, lo que favoreció a los musulmanes para invadir el territorio. En el 711, cuando muere Don Rodrigo, el reino visigodo desaparece por completo. Al año siguiente, Muza desembarca en Algeciras y, atacando y ocupando grandes plazas de Andalucía, consigue la conquista de Sevilla, mientras Abdalaziz, hijo de Muza, consigue los terriorios de Mediodía y Levante. En el año 713, Abdaliziz se dirigió a la zona oriental de la Península donde se enfrentó a Teodomiro, Duque de una provincia con capital en Orihuela, y cuentan que en esta provincia este último conertó con Abdalaziz el tratado de Tudmir en abril de ese mismo año. Gracias a este pacto, Teodomiro gobernó los territorios desde Lorca hasta Valencia y los visigodos conservaron sus bienes, pagando el Erario musulman. A cambio de esto, Teodomiro entregó a los musulmanes 7 de sus ciudades, prometió no colaborar con sus enemigos y aceptó entregar parte de las rentas que recibía como señal de sometimiento a las autoridades islámicas. Bernal Segura expresa que fue en Beniel donde se celebró este pacto.
La situación geográfica de la Cora de Tudmir ayudó a que tribus árabes y bereberes, entre otras, se asentaran allí. Son muchos los historiadores que aportan información sobre la huerta murciana, pero es Sánchez Albornoz quien considera que las primeras noticias medievales de la huerta murciana se encuentra en el pacto de Tudmir. Es por esto por lo que observando la cultura, las costumbres y la toponomia de Murcia, se puede percibir la influencia musulmana.
A principios del siglo IX, la Cora de Tudmir estaba pasando por una época de inestabilidad debido a las acusaciones de yemeníes y muladíes que la poblaban, y Abderramán II, para acabar con esas revueltas creó la ciudad de Murcia en el centro de la Vega y trasladó los órganos administrativos y políticos musulmanes a la nueva capital. Desde entonces, los grupos musulmanes, que habían sido divididos desde la conquista, se unificaron. Tras la creación de la ciudad, la vega se va agrandando. Con el tiempo van naciendo las pequeñas aldeas o alquerías, dedicadas a actividades agropecuarias y cohesionadas, social y políticamente, mediante fuertes lazos de parentesco.
La huerta murciana se formó por pequeñas alquerías, de las cuales, muchas de ellas se han convertido, con el paso del tiempo, en los actuales pueblos de la Región de Murcia, conservando su antiguo nombe musulman ( Alquerías, Alcantarilla, Alguazas, Beniel, Beniaján, Zeneta, Beniscornia, Albudeite, Alhama de Murcia etc.) Martínez Manzano también defiende esta idea con ejemplos como: Banu seguido de un nombre personal ( Beniel) o, tribal (Zeneta). Beniel nació tras la creación de Murcia, cuando este pueblo fue colonizado por la tribu africana de los Banu Yahyá. Por otro lado, Díaz Cassou señala que Beniel es la formación de Beni con otro nombre , que sería el del jefe de la tribu y añade que las continuaciones de las acequias tienen nombres propios de las tribus: Beni Afiel ( Beniel), en el fondo y parte baja del valle.
A finales de la dominación árabe en la Región de Murcia, su huerta se fue expandiendo desde Alcantarilla y La Ñora hasta Beniel. El llano de Brujas fue el lugar más ocupado y cultivado y el resto fue colonizado poco a poco entre los siglos XI y XII con una población poco densa, ya que estos pueblos quedarían situados junto a las acequias, dejando vacíos de aguas estancadas, principalmente en Alquerías, Benicomay, Zeneta y Beniel.