Escudo de Ulea
Escudo cuadrilongo. En campo de plata la cruz de Santiago de gules. Bordura de gules, con ocho flores de azahar de plata. Timbrado con la Corona Real de España.
El día 17 de mayo de 1.986, El diario ‘La Verdad de Murcia’, en un artículo de su corresponsal, en Ulea, Julián Tomás Valiente, recoge la noticia, haciéndose eco de que la villa de Ulea, ya tiene bandera. Dice así:
Tras un minucioso estudio, y posterior diseño del historiador, D. Luís Lisón Hernández, "en el balcón de la Casa Consistorial de Ulea, ondea la bandera del municipio", junto a la de la nación y la de la región de Murcia.
Se trata de una bandera tricolor, con “banda amarilla”, que simboliza el color del limón; una de las principales fuentes de la economía local; “el azul”, de las aguas del río Segura, que da vida a sus plantaciones y, en el centro, a doble banda predominante, "La Orden de Santiago”, institución a la que perteneció la villa de Ulea. “El resto de los espacios está cubierto por el escudo del pueblo".
Para encontrar antecedentes se buscaron, y consultaron, los legajos que contenían secciones de sigilografía (estudio de los sellos empleados para autorizar documentos, cerrar pliegos, visualizar micro-film, etc.), Clero Secular y Regular, Bandos de Consejos suprimidos y Órdenes Militares del Archivo Histórico de la Nación, Archivo General de Simancas, los de Hacienda, Gracia y Justicia, los del Palacio Real de Madrid y los de la Real Academia de Historia.
La bandera tricolor, de Ulea, ondea majestuosamente, en el balcón del Ayuntamiento, junto a las de la región murciana, la nacional y la de la Comunidad Europea. El sueño de muchos uleanos, ya es una realidad.
Curiosidades
El día 3 de mayo la reliquia se baña en El Henchidor, un templete donde circula el agua por una pequeña acequia alrededor de el. La reliquia se introduce en las aguas para su baño.
Una vez bañada la reliquia, el agua se arroja a la gente agolpada a su alrededor, que con fe se mojan con ella para sanar sus cuerpos y sus almas. Tradición también es llevar los cubos de agua y salpicar a todos los visitantes una vez que el sacerdote la bendice.